Catorce científicos franceses e italianos partirán a fines de enero a La Rinconada (Perú) para estudiar la población de mineros de oro y examinar los límites de adaptación del cuerpo humano en la ciudad más alta del mundo.
"Normalmente se considera que la vida humana no es posible de forma permanente más allá de los 5.000 metros: la población de La Rinconada [a casi 5.300 metros] constituye un verdadero desafío al conocimiento", explicaron este martes los investigadores, cuya misión se prolongará un mes.
Más de 50.000 habitantes viven todo el año en condiciones extremas en esta ciudad recóndita, situada en los Andes peruanos, que se desarrolló con la actividad minera en las últimas dos décadas.
Una parte significativa de los habitantes presenta no obstante dificultades para tolerar la falta de oxígeno (la mitad disponible comparado con el nivel del mar) y desarrolla patologías específicas que el equipo médico tratará de identificar y curar.
Las cefaléas, vértigos, hormigueos, alteraciones del sueño y palpitaciones cardíacas que sufren estos trabajadores forman parte de los síntomas del mal crónico de las montañas, llamado igualmente enfermedad de Monge, en alusión al médico peruano Carlos Monge Medrano que la describió científicamente por primera vez a principios del siglo XX.
- Sangre inusualmente viscosa -
En reacción a la falta de oxígeno (hipoxia), "los habitantes de La Rinconada producen tantos glóbulos rojos que acaban por tener una sangre inusualmente viscosa, lo que provoca por ejemplo problemas cardiovasculares", explicó Samuel Vergès, investigador de la Universidad francesa de Grenoble-Alpes, que acaba de regresar de una misión de reconocimiento.
"Hoy en día, no se entiende cómo el hombre puede vivir con semejantes niveles de hematocritos", reconoció Vergès, alertando de un "verdadero problema de salud pública en los Andes".
Durante 30 días, los científicos de la Expedición 5300 realizarán por primera vez un "fenotipo genético, biológico y cardiovascular exhaustivo" de esta población, indicaron los científicos en la sede del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia, en París.
Igualmente, esperan obtener avances en el ámbito de la epigenética, que consiste en estudiar la manera en que los factores medioambientales influyen en la expresión del genoma.
"Una adaptación genética requiere muchas generaciones para modificar la secuencia ADN, mientras que las adaptaciones epigenéticas pueden producirse muy rápidamente y probablemente se transmiten a las generaciones futuras", explicó a la AFP Saadi Khochbin, experto en la materia en el Instituto para el Progreso de las Biociencias de Grenoble, que analizará las muestras de sangre extraídas durante la expedición.
Los científicos someterán una batería de pruebas a dos grupos de mineros residentes en La Rinconada desde hace al menos tres años -uno con una buena resistencia a la altitud y el otro con síntomas de intolerancia-, así como a las poblaciones quechuas de Lima (al nivel del mar) y de Puno (a 3.800 metros de altitud).
Se espera que la comparación de los resultados permita una mayor comprensión de los mecanismos de defensa del cuerpo humano contra la falta de oxígeno, así como mejorar los tratamientos contra las enfermedades respiratorias.